
La escritora Almudena Grandes dejó de existir a sus 61 años de edad en noviembre del 2021. Sin dudas fue una pérdida grande para la cultura española. Tanto así, que decidieron homenajearla hace algunos días de una forma muy especial. Su esposo, Luis García Montero, quien también ha dedicado su vida a la escritura, estuvo presente en dicho evento tan importante para él, su esposa y toda la familia.
Sucede que a Almudena Grandes le otorgaron un reconocimiento como «Hija predilecta de Madrid». Y además de sus seres más cercanos y queridos, participaron de dicho momento, amigos del arte en general, que le quería muchísimo. Entre ellos, Joaquín Sabina. Como si toda esta pena fuera poco para García Moreno, un nuevo momento familiar de suma tristeza se suma.

Esto se debe a que la pequeña Ximena, hija de Elisa, heredera de ambos escritores, falleció a tan solo dos semanas de su nacimiento. Así lo determinaron desde «El Español». Las declaraciones las brindó el propio artista a ese medio, mientras indicaba que en este momento solamente intenta pensar en su hija. ¿Podrán reponerse de una pérdida como esta? ¿Brindará su hija comentarios en los medios?
«Mi nieta murió a los 15 días de nacer. También el amor de mi vida. Pero mi hija vive y resisto por ella», expresó el escritor al diario digital. Seguramente, ante esta revelación, conseguirá mensajes de apoyo y consuelo de todos sus fans, quienes siempre se mantienen pendientes de él por medio de las distintas redes sociales. En Instagram se pueden encontrar algunas postales dedicadas a cuestiones personales, pero lo cierto es que lo enfoca principalmente en el trabajo.
Las palabras de Sabina para recordar a su querida amiga
En el evento donde la homenajearon, fue uno de los artistas presentes que, obviamente, más llamó la atención. Y para rememorarla de la mejor forma, leyó en vivo el pregón que la artista le dedicó a la capital en el año 2018. Como era de esperarse, todas las redes sociales en ese momento hicieron viral el video de su participación en este acto.
«Hemos cambiado mucho y no hemos cambiado nada. Ahora somos más variados, más altos, yo creo que también más guapos. Porque hay madrileñas con ojos rasgados, madrileños con la piel de ébano, chulapos andinos. Chulaponas eslavas, bellísimas, en los vagones del metro. Ellos, ellas, somos nosotros. Nosotros somos todos y todos somos Madrid. Una ciudad enamorada de la felicidad. Tenemos que aprender a amarla y la mejor manera de lograrlo es ser felices», indicó una parte de este escrito.