En 2001, Cayetano Rivera y Lucía se transformaron, legalmente, en padre e hija. Una relación que traspasaba lo sentimental y lo llevaban al plano legal para hacerlo, en cada paso, más oficial. Pero la relación entre Cayetano y Blanca terminó tres años después y pensábamos que el vínculo fraternal que se había formado se vería afectado por tal separación. Aun así, lejos estuvo eso de ser cierto.
A día de hoy, pese a que el torero confirmó que la relación está algo desgastada, los dos tienen palabras cariñosas para con el otro. Aun así, no deja de ser cierto que Lucía es adoptada y ha tenido que convivir con esa idea a lo largo de su vida, pese a estar de lo más agradecida con el cariño que le han dado sus padres. Es por eso que la joven tomó coraje y escribió una sentida carta.
“Querido X”: Lucía Rivera se dirige a su padre biológico
Lucía aprovechó el espacio cedido por Estefanía Ruiz en ‘Club de Cartas’ para hablar desde el fondo de su corazón. “A Lucia le doy gracias por haberse abierto de una forma tan sincera en estas líneas”, contaba Ruiz a los seguidores de su newsletter. Y es que la modelo habló sobre su padre biológico y lo duro que fue el proceso de adopción para ella.
Según contó hace unos años la hija de Blanca Romero, se logró reunir con él, pero que su relación “ni ha funcionado ni funcionará”. Un peso en su corazón que dejó libre en estas letras. “Si nuestras manos y piernas seguirán siendo iguales y si cada año que pasa sin saber de ti nos parecemos más o somos más desconocidos que nunca”.
“A veces me pregunto si eres tan sensible como yo, tan romántico y soñador”, escribe, dejando ver las noches que en su cabeza se ha imaginado a su padre y ha soñado con una persona que no conoce en su totalidad. No ha querido dejar pasar la oportunidad para contar lo duro que fue vivir su proceso de adopción entre niños de su edad que se burlaban de ella.
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“Cuando era pequeña me aterraba la idea de contar que soy adoptada por parte de padre porque este hecho fue motivo por el que me hicieron bullying durante muchos años”, cerraba su carta.
