Un día como hoy, pero de 1980, Mark Chapman, un fanático de la banda británica The Beatles, acababa con la vida de uno de los artistas más influyentes y queridos del siglo XX, John Lennon, pronunciando, luego del crimen, las siguientes palabras: “No tengo excusa, lo maté por gloria personal”. Una tragedia que hoy, 42 años después de aquel día, nos sigue movilizando.
Considerado como uno de los eventos más tristes en toda la historia de la música, para entonces logró conmocionar y paralizar al mundo entero, dejando un vacío enorme y a escala global. El asesinato fue trágico y angustiante. Mark Chapman propinó cinco disparos al cantante, sin pena ni arrepentimiento, satisfecho por concretar lo que él mismo reconocía como una “gloria personal”.
Marck Chapman en la actualidad
El asesino, de nombre Mark David Chapman, nació un 10 de mayo de 1955 en la ciudad de Fort Worth, Texas, Estados Unidos. Condenado a cadena perpetua desde el asesinato de John Lennon, ha realizado 12 solicitudes de libertad condicional en los últimos 20 años, de las cuales la Junta de Libertad Condicional del Estado de Nueva York rechazó cada una de ellas.
La última de aquellas solicitudes tuvo lugar en septiembre de este año, 2022, que también fue rechazada, por lo que Marck Chapman deberá continuar cumpliendo su condena en la prisión de alta seguridad de Wende, lugar donde es reconocido como un preso que no causa problemas y de buena reputación interna, según DUPLOS.
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Sin embargo, su buen comportamiento no ha bastado para sanar una enorme herida abierta en el mundo entero, ni tampoco será suficiente para que le concedan la libertad, ya que para el sistema continúa siendo una persona de riesgo al ser considerado específicamente como “incompatible con el bienestar y la seguridad de la sociedad”.
Otro motivo por el que Marck Chapman no verá satisfecho su deseo de salir, se debe a las posibilidades (alertadas por expertos) de un nuevo episodio de turbulencia social y una potencial venganza en su contra de otro fanático de John Lennon que pudiera generar otro asesinato.